martes, 22 de abril de 2008

Caminando por la calle

Como de costumbre, después del gimnasio, regreso a casa caminando. Son 17 cuadras de distancia. Con esa sensación placentera que una vez Pancho Ibáñez describió con precisión: "lo bueno de hacer gimnasia, es haberla hecho".
En el camino, vengo pensando mis cosas, las que hice y las que tengo pendientes, observando a la gente y más de una vez, conversando con mis hermanas por celular. Así me encontraba hoy, cuando visualicé que venía a mi lado, en la calle, un hombre en una bici, lo miré y él miró mi bolso. Siguió su camino mientras yo seguía observándolo. Tuve la percepción de que estaba buscando una presa y el hecho de que yo lo visualizara no lo convenció para elegirme.
Dobló y ya no pude verlo.
Cuando llego a la esquina, pasa a toda velocidad delante de mí y a contramano, en ese mismo momento escucho el grito de un hombre insultándolo; ya era tarde: le había robado la billetera.
Desde hace un tiempo, presto mucha atención a esas "sensaciones" (percepciones?).
Y por experiencia, son buenas consejeras.

martes, 15 de abril de 2008

Crisis de amistad

Nunca discutí con ellas, es que simplemente no me siento más a gusto.. crecimos de manera diferente y ya no tengo ganas de compartir algunas cosas, ni de valorar lo que no siento. Mil veces me pregunté, ¿qué estoy haciendo acá? estando con ellas. Creo que cuando esta pregunta aparece, marca un cambio. Lo siento así. Ya el camino está bifurcado y yo elegí caminar este tramo sin ellas.

martes, 1 de abril de 2008

Tenés miedo de que llueva la noche de tu casamiento?

Hacía tiempo había oído esta anécdota y me resultó graciosa y hasta poco creíble. Anoche vuelven a contarme lo mismo, pero esta vez era otra la protagonista.
Lo más temido para una novia que planeó toda una vida una boda perfecta es que la lluvia venga a estropeársela. Y para ahuyentarla hay una solución: llevarle 2 docenas de huevos a la Casa de Ejercicios Espirituales que está ubicada en Independencia y Salta (en Cap.Fed.) Todavía me causa gracia!! Allí las monjas rezan por el matrimonio y porque la lluvia no les estropee la noche. En las 2 oportunidades los rezos fueron escuchados. En el último caso, la novia no había ido entre los 2 y 3 días previos a la boda (según dicen, como debe hacerse) sino que llegó "su día" y el cielo se venía abajo, recordó la solución y envió a una amiga a entregar las 2 docenas. Allí, las monjas le dijeron que harían lo imposible. Y así fue: diluvió toda la noche, salvo cuando bajó del auto para entrar en la Iglesia, y al salir de la misma para subir al auto. Entre medio y después, diluvio total.
Por qué y para qué las 2 docenas?? Ni idea; lo importante es que lo que prometen lo cumplen.